Una de las cosas más difíciles que nos encontramos a la hora de emprender es la de poner nuestros precios.
No tenemos claro qué precio debemos poner, si debemos poner un precio de salida barato para empezar a tener clientes y obtener feedback, si posicionarnos en un ticket más alto, si poner un precio medio, si mirar la competencia..
Nos asaltan mil dudas y siempre pensamos que algo falla, quizá es demasiado barato y me llegan clientes que no me gustan y además me exigen mucho (esto suele pasar mucho) o quizá es demasiado caro y nadie llama a mi puerta..
Te aconsejo que no intentes diferenciarte por precio, suele ser un error, ya sea por precio alto o por precio bajo, tu diferenciación tiene que venir de otro lado, por tu propuesta de valor, por tu experiencia, etc. pero no por precio.
Una vez tenemos esto claro, volvemos a la pregunta: vale, pero ¿Qué precio pongo a mis servicios o productos? ¿Qué tengo que tener en cuenta?
Hay varias maneras de calcular tu precio, ya sea que vendas productos o servicios.
En ambos casos tenemos costes fijos (que serán los mismos vendamos más o menos) y costes variables (si vendemos más tendremos más costes, por ejemplo, el material, mensajería, plataformas de email marketing que van en función del número de suscriptores, la suscripción de zoom en función de los usuarios, etc.).
Debemos hacer una lista con todos esos costes, fijos y variables, y tener claro la media del coste por producto o servicio (la media porque con los costes variables tenemos que hacer una media). Una vez lo tenemos debemos pensar en cuánto queremos ganar por mes y la cantidad que tenemos que vender para ganar ese sueldo que queremos y hacer una estimación de las ventas, entonces tendremos un precio. También puedes hacerlo aplicando un margen de beneficio sobre el coste, pero todo esto lo encuentras en cualquier blog, como por ejemplo estos que te dejo aquí: “Aprende a calcular el precio de venta de tus productos y servicios” o “Cómo calcular el precio de venta de tus servicios”
Pero el verdadero problema surge cuando, una vez tenemos ese precio, creemos que es muy caro, y que nadie nos va a comprar, porque claro, nos asalta el síndrome del impostor (tienes el artículo en mi blog sobre “cómo quitarte de encima el maldito síndrome del impostor”) y tendemos a bajar esos precios y trabajar mucho más para conseguir el sueldo que queremos.
Así que lo que quiero contarte en este artículo es todo el valor que tienes que tener en cuenta en tus precios, no el dinero no, sino el VALOR porque:
- Tu conocimiento es valor, todo lo que has estudiado, investigado, aprendido. Todos los cursos, master, doctorados, cursos, talleres…todo esto es valor. Todo lo que sabes es gracias a todo el tiempo y dinero invertido en estudiar y aprender y seguro que sigues formándote, así que sigues incorporando valor a tus productos y servicios.
- Tu experiencia es valor, porque seguro que ahora haces las cosas mucho más rápidas y mejor que cuando empezaste, imagínate que cobraras por hora trabajada..¡Menuda injusticia! Cuando empezaste entonces deberías estar cobrando mucho más que ahora, ¿no? Porque ahora seguro que lo haces en la mitad de tiempo y te equivocas mucho menos, entonces ¿Ahora mereces cobrar menos? ¡No! Ahora mereces cobrar más.
- Tu dedicación es valor, porque no es solo el producto o servicio final que vendes, ¿Y todo el tiempo que llevas diseñando ese producto o servicio? ¿Todos los procesos que has realizado antes de que ese producto o servicio salga a la venta? Todo ese tiempo invertido en la creación es valor.
- Tus preparativos son valor, por ejemplo buscar los proveedores, hacer test de calidad, preparar un lanzamiento, crear la estrategia en redes sociales, en tu newsletter, preparar los contenidos para visualizarte..todo esto es valor, es tiempo invertido que aumenta el valor.
- Tu atención al cliente es valor, porque me imagino que pones mimo en atender a tu cliente, ya sea para explicarle tu producto o servicio, explicarle el proceso de venta, de devolución, el periodo de garantía, el servicio post venta, cuando le pides una reseña…todo esto es valor que aportas, por un lado para que tu cliente tenga una atención al cliente exquisita, para que puedas mejorar en tu producto o servicio con su feedback y para que puedas aprovechar esos testimonios de cara a generar confianza para los siguientes clientes, porque la confianza también es VALOR.
Entonces, cada vez que pongas un precio y te asalten esos miedos, revisa esta lista y piensa en todo el valor que ofreces con tu producto o servicio, y convéncete que lo mereces, porque si tú misma no estás convencida del precio que pones a tu producto o servicio no esperes que tu cliente lo esté.
Lo primero es que tú confíes en ti y en tu valor, sin esto estás perdida.
¿Lo tendrás en cuenta a partir de ahora? Espero que si.